jueves, 23 de abril de 2009

Feliz Día del Libro


"Si el libro que leemos no nos despierta de un puñetazo en el cráneo, ¿para qué leerlo?... Un libro tiene que ser un hacha que rompa el mar de hielo que llevamos dentro."

Franz Kafka



Gracias a Alhy por "encontrarme" y entregarme este premio tan especial y gatuno.

martes, 21 de abril de 2009

¡¡Gracias!!

No todos los días regresa una de vacaciones para encontrarse con un regalito tan placentero. Gracias a Laura por acordarse de este modesto rincón de la blogosfera y, sobre todo, por mantener el suyo vivo. Si aún no lo habéis descubierto, visitadlo sin demora: http://eldivandelinfeliz.blogspot.com/

Como amor con amor se paga, aprovecho la ocasión para pasar este premio a algunos de mis bloggers preferidos. Gracias a todos ellos por los buenos momentos que me han hecho pasar y por aquellos por llegar.


http://loscristalesdelosotros.blogspot.com/ -imprescindible para cinéfilos y soñadores
http://esperameensiberia.blogspot.com/ -textos e imágenes en perfecta armonía
http://myblackberrynights.blogspot.com/ -curiosidades y psicología para gente reflexiva
http://lachicadelosbotones.blogspot.com/ -original y adictivo como pocos
http://abrazosdeinvierno.blogspot.com/ -palabras e ilustraciones cargadas de ternura
http://arenasand.blogspot.com/ -perfecto para arrancarte una sonrisa en días nublados
http://metafisicadebolsillo.blogspot.com/ -píldoras de sabiduría cotidiana
http://enuncabaretambulante.blogspot.com/ -fuente de inspiración permanente
http://exiliateconmigo.blogspot.com/ -sensibilidad y bohemia a flor de piel
http://susurroypienso.blogspot.com/ -pensamientos hechos poesía


Estas son las reglas:


a) Exhibir la imagen del sello.

b) Poner el enlace de la persona que te lo ha regalado.

c) Elegir diez personas para pasárselo.

d) Escribirles un mensaje en su blog para comunicarles el premio.

jueves, 2 de abril de 2009

Confesiones de doble filo


Poca gente sabe que los cuchillos no se desafilan, se desconsuelan. Únicamente aquellos de filo irrompible quedan libres de cargar con la culpa de su condición destructora. El resto cobra conciencia tarde o temprano de esa naturaleza doblemente amarga, la de saberse una mera herramienta ideada por y para el hombre, cuya pragmática cotidianidad puede tornarse mortífera en manos del individuo equivocado. Ya sean empleados como arma o útil de cocina, su horario laboral concita las tareas más desagradables: seccionar, desgarrar, trinchar, mutilar, apuñalar y, en ocasiones –quién sabe si como pequeña venganza-, rebanar algún que otro dedo distraído.

Tribulaciones morales aparte, los cuchillos envidian al resto de cubiertos por sus formas sinuosas, que tanto hacen deslucir su rigidez lineal. Desearían poder imitar el cobijo maternal de la cuchara, que parece acunar manjares de camino a labios hambrientos, o incluso poseer el sadismo mitigado del tenedor, que se limita a clavar en ellos su metálico tridente y reposa después majestuoso sobre el plato o el tapete.

También abundan los rencores entre los de su misma especie. En horas bajas, los cuchillos jamoneros envidian a los de mesa por tener un cometido más apacible que el de laminar la extremidad de un animal amojamado. Los de hoja de sierra suspiran por ser artísticos e inofensivos como los acabados en punta roma, capaces de trazar bellas ondulaciones sobre crujientes tostadas sin apenas rasparlas.

La próxima vez que el incómodo silbido de la chifla anuncie la llegada del afilador a tu barrio, recuerda que no es el uso lo que hace que los cuchillos se emboten, oxiden o desgasten. Piensa en sus frustraciones secretas y comprende que un cuchillo desafilado es un cuchillo reflexivo, que después de toda una vida cuestiona su entorno y a sí mismo. Y, por lo que más quieras, no abras la puerta.

Imagen: Knives. Cream and Black, Andy Warhol.