"Personas así, como este don José, se encuentran en todas partes, ocupan el tiempo que creen que les sobra de la vida juntando sellos, monedas, medallas, jarrones, postales, cajas de cerillas, libros, relojes, camisetas deportivas, autógrafos, piedras, muñecos de barro, latas vacías de refrescos, angelitos, cajas de música, botellas, bonsáis, pinturas, jarras, pipas, obeliscos de cristal, patos de porcelana, muñecos antiguos, máscaras de carnaval, lo hacen probablemente por algo que podríamos llamar angustia metafísica, tal vez porque no consiguen soportar la idea del caos como regidor único del universo, por eso, con sus débiles fuerzas y sin ayuda divina, van intentando poner algún orden en el mundo, durante un tiempo lo consiguen, pero sólo mientras pueden defender su colección, porque cuando llega el día en que se dispersa, y siempre llega ese día, o por muerte o por fatiga del coleccionista, todo vuelve al principio, todo vuelve a confundirse."
José Saramago
3 comentarios:
Muy bueno. Me ha gustado mucho y me ha recordado mis vanos intentos por ordenar la vida escurridiza.
Un abrazo!
¿Cuándo aprenderemos a vivir con nuestros respectivos caos?
Qué alegría leerte de nuevo, cariño. ¿Cómo has estado? Espero que de fábula.
Te dejo mis mejores vibras.
¡Muá!
Que bello es el caos...
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