viernes, 16 de abril de 2010

Sin dedicatoria


Cuando me regalan libros, acostumbro a pedir que me los dediquen. Un libro sin dedicatoria se queda cojo, carente de historia, perdido en el tiempo. Pero, en ocasiones, un mero título o los tonos de una cubierta son suficientes para retrotraernos a un ayer enmarañado que de repente se desenreda.

Eso es lo que me sucedió hace unas semanas al descubrir en mi estantería un ejemplar titulado Diccionario de refranes. Fue uno de esos típicos regalos que compran las madres para que los entregues como propios cuando aún eres demasiado pequeña para compartir el afán adulto por cumplir en fechas señaladas. El destinatario de la obra era mi abuelo, quien como buen castellano había crecido rodeado de dichos populares y disfrutaba con la sabiduría que estos encierran.

La decepción ante la ausencia de una dedicatoria y la datación incierta del libro se esfumó en un instante al hojearlo y descubrir varios marcapáginas. Cada uno de ellos parecía haber sido cuidadosamente situado para guiar al intruso hasta los pasajes favoritos de su antiguo dueño o hasta los puntos en que el homenajeado había detenido su lectura. El olor a Ducados aún impregnaba las páginas y eso bastó para abrir de par en par la siempre entreabierta puerta de la memoria. Volví a ver a mi abuelo plácidamente tumbado en el sofá frente al televisor, cubierto hasta la cintura con una manta pardusca y sosteniendo un cigarro en la mano derecha.

De haber podido regalarle este diccionario ahora, por motu proprio y de mi bolsillo, ¿habría acertado a elegir las palabras exactas para dedicárselo? La nostalgia por los momentos pasados me impide imaginar con claridad un presente ahora imposible. Lo único que puedo hacer es sentarme a leer este tomo y reírme al descubrir refranes como “criado por abuelo, nunca bueno”.

5 comentarios:

eMiLiA dijo...

Nunca había pensado el tema de las dedicatorias hasta que le regalé un libro a Ismael Serrano en la gira pasada y cometí el error de no dedicarlo!!!!!

Pero bueno, creo que es una acción que debería llevarse a cabo.

Un abrazo!

ALA_STRANGE dijo...

A Mallamé les recopilaron las dedicatorias y se las publicaron

Espérame en Siberia dijo...

Tienes razón: que te dediquen un libro es algo muy emocionante. Pero también es emocionante que te regalen un libro con notitas improvisadas de esa persona. Qué sé yo.

¿Cuál fue tu refrán favorito? :)

Muchos besos, encanto.

Angie dijo...

Pues, aún no he terminado de leerlo (tiene 3497 entradas), pero de momento ha habido muchos que me han encantado. Aquí van algunos:

- El alma triste, en los gustos llora.
- Consejo sin remedio es cuerpo sin alma.
- Ojos hay que de legaña se enamoran.
- Si te vas y me dejas, déjame unas calzas viejas.
- Goza de tu poco, mientras busca más el loco.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Que linda pagina he encontrado...

me ha encantado.

te saludo desde

http://desdoblamientointelectual.blogia.com/

suerte!!!